Tecnología y Juguetes: un pedazo de historia.
Toda la existencia de objetos de uso corriente siempre estuvo ligada a la disponibilidad de los materiales y de las técnicas necesarias para su fabricación.
Los juguetes no son la excepción y por ello históricamente y también en el siglo 19 dependían de artesanías de madera y de telas, de porcelana y de materiales provenientes del reino animal: desde huesos tallados hasta el carey y el nácar originarios de cuernos, astas y conchas.
Así como se fabricaban platos y tazas, fue posible hacer cabezas, brazos y piernas de porcelana, los que ensamblados en cuerpos de tela con relleno, y vestidas adecuadamente dieron origen a las primeras muñecas masivamente industrializadas, originariamente en Alemania.
La aparición de aquellos “nuevos” materiales plásticos: la bakelita y el celuloide y el desarrollo de la hojalata litografiada y conformada, dominaron el mercado de la primera mitad del siglo veinte y multiplicaron enormemente la producción abaratando los precios y popularizando el consumo.
En la década del treinta ya proliferaban: el sistema de construcciones metálicas Meccano, los trenes a cuerda Hornby, los vehículos miniaturas en escala fundidos de “Zamac”, marca Dinky Toys, los aviones de vuelo de cartulina, delgado aluminio y madera de balsa marca Frog, todos ellos de origen Inglés.
En la misma época Lionel en EEUU y Marklin en Alemania producían ya, unas perfectas y extensas líneas de productos que totalizaban verdaderos completos ferrocarriles eléctricos en escala y que podían coleccionarse y ampliarse ad infinitum. Ello dio origen a la participación de los adultos en calidad de usuarios en este juego originariamente infantil y lanzó todo un universo de actividades bajo la denominación de hobbies que incluyó la creación de clubes y la publicación de numerosas revistas especializadas.
El Meccano Inglés ya había incorporado piezas de mecanismos que permitían crear todo tipo de funcionamientos, incluso con “motorización” a cuerda o eléctrica y publicó una revista mensual de difusión y popularización tecnológica donde incluía interesantes nuevos modelos que reproducían al mundo real. Así hubo un reloj a péndulo de 1,70 mts. de altura que daba la hora real, o un telar eléctrico que producía una cinta de tela de algunos centímetros de ancho y en colores combinados, o un dispositivo que dibujaba complejos filigranas geométricos en un tablero ad hoc. Etc.
Publicidad, clubes, concursos, premios y el auge económico de la industrialización impulsaron el coleccionismo y la “maquetería” e incorporaron a muchos adultos a todo este mundo que ya definitivamente dejó de ser exclusivo de los niños.
La pequeña lanchita Po-Po de hojalata con su mecherito a alcohol y su característico sonido, navegó en tantas bañeras, haciendo las delicias de sus infantiles tripulantes.
Hay que mencionar una marca Alemana: Schucco, que producía juguetes de hojalata de una inmejorable calidad de diseño y que incluía en sus vehículos (principalmente autitos de carrera) mecanismos “verdaderos” de volantes de dirección independiente, frenos y palancas de cambio con varias “velocidades” que funcionaban realmente, suspensiones y hasta pequeños “diferenciales” y “paliers”. Las ruedas perfectas con sus neumáticos de caucho, la pintura y la litografía impecable y hasta los pequeños tornillos cromados emulaban la perfección de la relojería.
Fueron aquellos los años del desarrollo del vuelo tripulado y los dirigibles hacían su aparición. Las miradas al cielo y el asombro ante la impactante novedad, no pasaron inadvertidas para los fabricantes de juguetes, quienes prontamente reprodujeron en hojalata unos “Zeppelines” miniaturas, incluso con funcionamiento a cuerda, que invadieron desde Alemania al mundo entero.
Casa América ofrecía en exclusividad los proyectores a manivela y a motor marca Hollyvood y sus correspondientes películas mudas en 8 mm con los éxitosos: Carlitos Chaplin, Laurel y Hardy, los Tres Chiflados y toda la clásica producción de Walt Disney.
Y Marilú tenía sus acreditadas muñecas de “pasta” en sus dos tamaños y con las articulaciones móviles en cuello y extremidades, incluso rodillas, codos y muñecas, lo que les otorgaba una notable expresividad, y se acompañaban de una completa gama de vestidos y accesorios opcionales incluyendo muebles adecuados.
Desde l935 existía en Buenos Aires una importante fábrica de juguetes de hojalata litografiada: “Matarazzo”, que abastecía el mercado argentino con sus productos para niñas y varones. Había juegos de té y de menaje, cocinas modelo a carbón, baldes, palas, moldes y zarandas, autos, camiones y aviones, en variados modelos y tamaños, con o sin propulsión a cuerda y hasta un cocodrilo que correteaba abriendo y cerrando su boca amenazadora.
La segunda guerra mundial (l939-1945) en la que participaron EEUU, Europa y Japón, produjo en los países involucrados, la suspensión de la fabricación de artículos de consumo, incluidos los juguetes, y ello propició en otros lugares la inicial industrialización alternativa de reemplazo de las importaciones suspendidas. Así en Argentina creció esta actividad y exceptuando el periodo l946-1949 en que hubo una avalancha de importaciones de posguerra y bajo el “proteccionismo” y “aislacionismo” posterior: 1950-l962 se desarrolló nuestra industria juguetera que sin embargo jamás alcanzó en general, los niveles competitivos mundiales de innovación y calidad.
Muñecas El Mago, fue una línea económica, íntegramente confeccionada de tela, con la excepción de su cara de cartón pintado y sus manos, apenas muñones sin dedos y demarcadas por una cintita apretada a modo de muñeca y sus pies del mismo modo pero calzados en unos zapatitos de hule y cartón Vestidas modestamente y presentadas en su correspondiente caja de cartón gris, sin ningún impreso ni color, solo ofrecían una puntilla de papel blanco pegada en todo su borde y que se apreciaba al destaparse.
Seguramente fue suficiente por muchos años en aquel entorno poco exigente y aun menos competitivo.
“Do-Re-Mi” fue un xilofón de 12 notas tan perfectamente afinadas que permitían una aceptable iniciación musical y que adjuntaba un cuadernillo de canciones infantiles ejecutables por el sistema de notación numérica.
Tras la “guerra”, la aparición de los materiales plásticos a partir del Nylon y el Poliestireno y las técnicas de estrucción e inyección, revolucionaron al mundo y por supuesto también a los juguetes.
A partir de entonces los nuevos materiales fueron reemplazando a todo lo anterior y así aparecieron “Plastix” que con matricería importada e ingeniosos mecanismos a cuerda, fabricó toda una línea de juguetes de movimientos muy originales que lanzaba interrumpidamente a la plaza como novedades, y “Plásticos Sanz” , quien desarrolló una muy extensa línea de juguetes más económicos que saturaron al mercado.
También “Plombel” que en la preguerra fabricó soldaditos de plomo de infantería y caballería en forma de figuras planas con o sin terminación de pintura, a partir de l948, adjuntó su oferta de juguetes plásticos: un portaaviones flotante, avioncitos de guerra, soldados, etc. con su exitosa aceptación.
Ahora quiero referirme al período l946-1949: prontamente tras el armisticio de l945, se reanudaron provenientes de las naciones vencedoras las exportaciones de su nueva producción de juguetes. Inglaterra y Francia partieron de sus productos anteriores a los que agregaron las innovaciones posibles, pero EEUU. creó toda una gama totalmente original de artículos con más complejos mecanismos, entre los cuales se destacó una ametralladora de mano en hojalata de colores vistosos y tamaño real que tableteaba a cuerda y lanzaba chispas por su cañón y un ingenioso Jeep de “Joe”: un caricaturesco soldado que por su marcha y movimientos desordenados fue conocido como el “Jeep Loco” y cuya penetración y vigencia marcó todo un hito en la época.
De Inglaterra llegaron los autos, camiones, tractores y lanchas a cuerda marca “Triang Minic”, cuya característica original era: en su pequeño tamaño, una perfección de marcha lenta y uniforme y su diseño serio a modo de maqueta.
Recién establecido, el legendario canal 7 de televisión, hubo una entonces pequeña empresa que fue pionera en la publicidad de juguetes y así creció desarrollando una muy importante participación en la plaza del ramo juguetero Argentino. Fue “Arplast” con su primera marca “Jugal” que correspondía a una pequeña licuadora a manivela que permitía a las niñas poseer en juguete, aquel primer electrodoméstico recién incorporado a los hogares y con un suceso irrepetible.
Las fábricas de muñecas argentinas eran numerosas y las había de diferente tipo. Los bebes malcriados “Halcón” de “pasta” inadecuadamente frágil, que al descuido accidental, se rompían en “mil pedazos”, con la consiguiente frustración y llanto de sus pequeñas “mamás” y que además de sus ojos movibles (que al acostarlos se cerraban para dormir) también balbuceaban algo parecido a “mamá” por medio de un primitivo ingenio implantado dentro del relleno de su cuerpo de tela y que consistía de un fuelle con un contrapeso y una lengüeta de voz accionada por el aire cada vez que se volcaba la posición del muñeco.
“Famil” fue otra marca, de diferente característica: en sus varios modelos y menores tamaños, eran populares por su bajo precio y su “pasta” (con aserrín de madera y cola) era muy resistente, casi irrompible, pero tenía solamente “ojos fijos”: solamente una adecuada calcomanía y añadía una serie de negritas y negritos de gran aceptación.
“Alide”, proporcionaba una innovación en las articulaciones de tela entre su cuerpo relleno y sus piernas y brazos, que facilitaba otro movimiento y postura: sentada o acunada, en brazos, sillas o camas. Sus modelos de lujo finamente terminadas y vestidas, engalanaron por años las vidrieras de las mejores jugueterías de Buenos Aires.
Hubo diferentes fábricas que produjeron muñecas caminadoras con un sistema que consistía en un simple dispositivo interno que permitía dar pasos sucesivos al sostenerlas de adecuada manera y apoyando los pies alternativamente; fue todo un boom y en su pleno auge la firma “Arplast” se destacó con la suya a la nombró: “Linda Miranda” y a la que publicitó en TV. Con el eslogan de: “con su casita propia”, simplemente su caja forrada con papel ilustrando todos sus lados con el dibujo de paredes con ventanas y puertas y tapa roja a modo de techo de tejas, logró un récord de aceptación y de ventas.
Sería el año l950 cuando apareció la nueva tecnología basada en un nuevo material: el vinilo (nombrado “plastisol”) de consistencia flexible y totalmente irrompible, el que se aplicó de inmediato a la industria de las muñecas y dominó el mercado de tal manera que en poco mas de un año originó el cierre y la desaparición de todas las numerosas fábricas existentes de muñecas de “pasta”, ninguna de las cuales pudo conseguir adaptarse, pues el nuevo método era entonces un secreto industrial celosamente guardado y además requería de recientes maquinarias de gran producción, cuya disponibilidad era muy escasa y onerosa.
Fue también Arplast quien introdujo esta novedad, y la publicitó en el Canal 7, con la marca “Piel Angeli” aprovechando la presencia del suceso cinematográfico de la adolescente actriz italiana: Ana María Pierangeli en su película “Domani es troppo tardi” y en clara alusión a la textura y acabado del nuevo material. Las ventas acapararon casi todo el mercado. Solo surgió la competencia de un improvisado, que con el auxilio de un ex químico de Duperial, al que tuvo que asociarse, logró develar el secreto industrial y aprovechando la publicidad de Piel Angeli introducir su marca: “Ideal”, con su menor precio.
Siempre hubo muñecas, pero la ropa a la moda y adecuada al tamaño, que podía adquirirse y utilizarse separadamente, fue una innovación que llegó al mercado tras las nuevas muñecas de vinilo. Hubo varios talleres que la confeccionaban y presentaban con sus perchitas plásticas y en sus bolsitas transparentes.
“Gorgo” en hojalata y “Rullero” en plástico fueron dos creativas industrias Argentinas que añadieron sus extensas líneas de autos y camiones con la entonces reciente cuerda a fricción (incluso con sonido de sirena) que reemplazaba a la tradicional cuerda de fleje con llave, y que consistía en una transmisión de multiplicación hacia un volante cuya pesada inercia era utilizada para impulsar el rodado hacia un trayecto de recorrido suficiente.
Contemporáneas fueron las cajas de construcción de “Mis Ladrillos”, originariamente de goma y años mas tarde de plástico que desarrollaron la creatividad infantil. La misma firma: “Egtoys”, introdujo toda una colección de piezas consistentes en animales, personas, cercos, molinos, carruajes, etc. moldeados en plomo, en perfecta escala y pintados a mano con los que se podía formar sobre cualquier mesa, una estancia completa, y que podían adquirirse por separado.
De la misma manera hubo también un zoológico.
Los clásicos soldaditos de plomo también lograron su perfección: dejaron de ser chatos; tanto infantes como montados, fueron volumétricamente moldeados y perfectamente pintados. La marca “Reyco” los produjo de desfile: hubo granaderos y cadetes Argentinos y hasta caballeros medievales con sus armaduras. En cambio la marca “Mambrú” fabricó de la misma manera toda una serie de combate con sus uniformes modernos y la novedosa característica de poder intercambiar sus armas que podían separarse de sus manos: eran rifles con o sin bayoneta y ametralladoras portátiles. También tomaban baldes y herramientas y hubo bolsas (en goma) para apilar y poder atrincherarse.
“Grafil” fue una marca Argentina que produjo un cañoncito a resorte y cebita, un tanque con oruga y un camión militar con puertas operables.
Muchos de estos diseños fueron copias y/o adaptaciones de modelos importados principalmente de Inglaterra.
Fabricantes artesanales aportaron su producción de fuertes, castillos, trincheras a modo de dioramas, etc. de madera o papel maché que fueron el entorno de toda esa moda militaria.
El cañón “Goliat”, ostentó su merecido honor, fue un invento y desarrollo Argentino que hasta llegó a exportarse. Su ingenioso funcionamiento se basaba en un tubo torneado de bronce conteniendo en su interior a otro de menor diámetro y un poco más largo provisto de un resorte que cuando era oprimido coincidía en la boca, simultáneamente también coincidían en la “culata” dos respectivas perforaciones, en las que se introducía una mecha especial que trababa ambos tubos en dicha posición y la boca se obturaba con una pequeña bolita roja de plástico a modo de proyectil; entonces con un fósforo se encendía la mecha, la que al consumirse destrababa mediante el accionar del resorte la alineación de ambos tubos y la de sus perforaciones y con ello finalizaba su combustión en el ahora interior hermético a modo de recámara con la resultante instantánea presión de los gases que producían la explosión y el consiguiente disparo.
Todo ello tan efectista, era inofensivo por el limitado alcance de la bolita proyectil y por el pequeño tamaño de todo el juguete en sus varios modelos.
Se comercializaban repuestos de mechas y proyectiles y todo tuvo muchos años de vigencia.
Las primitivas escopetas de juguete de hojalata y culata de madera cargaban un resorte que al gatillar disparaba un corchito prendido de su hilo, o en otra variante, las flechillas con ventosa de goma, aptas para el tiro al blanco.
Y los revólveres, también de hojalata marca “Sym” o “Vultor” , eran a rollo de cebitas, todo un avance de repetición respecto a los anteriores de carga unitaria. Después al fabricarse de fundición, mejoraron notablemente su diseño en procura de realismo.
Pero recién en la década del 70, llegaron de Italia y de Alemania réplicas tan exactas que tuvieron una utilización teatral y hasta quizás también delictiva; ahora disparaban unas cápsulas fulminantes de plástico y aún otras de bronce, ya de 6 mm y que producían un estampido de fogueo muy real. A estas últimas podía aplicarse un aditamento receptor para disparar señales de bengala de colores.
“Broadway”, “Halcón” y “Belloti”, eran las principales fábricas de rodados: triciclos, bicicletas, monopatines y autos a pedal, pero “Ascarate Escoda” produjo diversos modelos de “Sulkyciclos”, los que con su caballito tan real, forrado en cuero con pelo, eran tan criollos y por ello tan solicitados. También llegaron a exportarse.
Un ex obrero de dicha industria: el Sr Schay, llegó a independizarse con la fabricación de los caballos solamente a los que montaba sobre una base curva de madera o de hierro a modo de balancín y comercializó como caballos hamaca.
La máquina de coser “Norita”, con su manivela, su carretel de hilo único, su sistema de punto cadena, su robustez y su clasicismo, fue mas que un juguete Argentino en las pequeñas manos de tantas niñas.
El cine “Graf” con sus películas de papel manteca, simples tiras de cuentos con figuras en colores, que el artefacto proyectaba ampliadas en cualquier pared lisa de una oscurecida habitación, tenía la magia suficiente para atrapar el interés de los auditorios infantiles.
Y la máquina a vapor “Deo” de impecable manufactura, demostraba su funcionamiento girando su pesado volante, a partir de la presión de su caldera de agua calentada por su correspondiente lamparilla de alcohol.
Caleidoscopios de tubos de cartón, de manufactura artesanal con sus multicolores transparencias geométricas a modo de caprichosos e infinitos vitraux, giróscopos inquietantes en sus extraños equilibrios, microscopios de juguete pero suficientes para descubrir un mundo invisible por su pequeñez y sobre todo las cajas juegos de experimentos de Química, despertaron curiosidades y vocaciones, y en muchos casos iniciaron carreras de toda la vida.
“Alex Mir” la marca de Alejandro Mirolli, un conocido mago profesional, permaneció en las jugueterías durante años, en las cajas de trucos de magia con sus elementos e instrucciones al alcance de todos.
Siempre hubo clásicos juegos de mesa, también llamados de salón: ludos, damas, carreras de caballos, juegos de la oca, sombreritos voladores, ajedreces, loterías, dominós, naipes españoles o de poker, etc. pero otros, muy particulares, permanecieron largamente en nuestro pais y aún hoy, algunos todavía están vigentes. Ellos fueron y son: el “Aernaval” y su versión menor: el “Victoria”, también “Rutas Nacionales”, el “Cerebro Mágico” y el “Mago Chang” y la línea “Estanciero” que incluía al “Sufra”, “Flota mercante”, “Bucanero”, “Linyera”, Etc. y el mas reciente “Scrabell” y los últimos juegos de adultos como el “Trivial”, el “Bleff” y tantos otros.
Llegado el año 1962, los avatares políticos Argentinos permitieron cambios económicos y con ellos nuevamente la importación casi irrestricta de juguetes. Cada apertura económica significó un freno a la “protegida” industria local pero optimizó la oferta incorporando las principales novedades mundiales del ramo.
Japón, ya lejos de su derrota de 1946 y ahora en su auge reconstructivo, exportó a la Argentina sus recientes novedosos juguetes, verdaderamente sensacionales. Eran animales reales o antropomórficos, personajes activos, robots, platos voladores, vehículos militares o civiles, etc. todos animados de complejos movimientos, luces y sonidos.
Provistos de micromotores a pila y combinando hojalata, plástico y pelouche, con sus hermosos colores, estaban presentados en cajas de cartulina litografiada y causaron un notable impacto de ventas.
Con el transcurso del tiempo, la saturación de la oferta y la escasa participación del niño en el juego frente a sus automatismos, fue originando su declinación.
Simultáneamente llegan a nuestro país, desde Inglaterra, los “Matchbox” que significa: caja de fósforos. La idea consistía en fabricar en Zamac y plástico y finamente terminados, unos pequeños vehículos de todo tipo y en cualquier escala, pero que cupieran en un remedo de las tradicionales cajillas de fósforos Inglesas con su clásica combinación de colores azul y amarillo. La primera partida ya ofrecía unos 40 modelos numerados, lo que constituía un grupo interesante, mas luego se completó la serie hasta el programa de 75 diferentes, el que se mantuvo durante décadas con la salvedad de que en cada año, se reemplazaban varios números por nuevos diferentes y cada vez mejores, con lo que se acumuló un coleccionismo de varios centenares. En esta evolución, las cajas perdieron su formato original y hasta se transformaron en blisters y también aparecieron los “Matchbox Superfast”, que significa muy rápidos en alusión al perfeccionamiento de su rodado, lo que facilitaba un envión de largo y recto recorrido, y permitió la adición de “pistas” tipo tobogán, con diversas variantes de fantasía, para jugar con sus deslizamientos.
Entonces ya “Dinky Toys”, debió compartir el mercado con “Corgi Toys” y pronto muchas otras nuevas marcas que desde diferentes países añadieron una creciente infinita variedad de modelos fundidos a inyección en metal “Zamac” y conformaron todo un universo de autos, camiones, tanques, etc. en escala 1/43 y varias otras.
También llegó “Scalextric”, primeramente original Inglés de la “Triang Minic” y luego fabricado y adaptado en la Argentina. Esta pista de carreras de autos en escala l:32, con sus tramos componibles en diversos recorridos, su motorización eléctrica eficiente de alta performance, sus correspondientes pulsadores de comando y su transformador de corriente a 12 volts, de utilización segura, acaparó el interés de mas de una sola generación.
Participaron niños y adultos en la pasión de la competencia procurando evitar el despiste, se originaron clubes y pistas comerciales de alquiler y apareció toda una actividad micromecánica de construcción y reforma de coches basada en la disponibilidad de componentes, repuestos y accesorios, como los acreditados motores Japoneses “Mabuchi” y “Mura”, chasis y carrocerías, neumáticos especiales y hasta líquidos antiderrapantes.
De Inglaterra llegó “Airfix” y de EEUU llegaron “Revell” y ”Monogram”, todas marcas pioneras del modelismo plástico en escala que junto a las pinturas “Humbrol” y al cemento de pegar “Britfix”, inauguraron todo un nuevo hobbismo de maquetería y coleccionismo dedicado principalmente a los adolescentes y que incluía réplicas exactas de aviones militares y civiles, embarcaciones y navíos de todas las épocas, automóviles de modelos y marcas conocidas, camiones , motocicletas, cohetes y satélites, vehículos militares y soldados, etc.
En la actualidad, esta actividad ya cuenta unos cuarenta años, y ha ido incorporando muchas nuevas marcas japonesas, italianas, francesas y de varios otros países.
También ocuparon su lugar los trenes eléctricos: “Hornby Dublo” Inglés, “Trix Express” y “Fleishman” Alemanes, “Lilliput” Austríaco, “Lima” “Rivarozzi” y “Pocher” Italianos, etc. pero la vedette del mercado desde 1962 fue “Marklin”.
Su inteligente comercialización y penetración en la plaza Argentina, basada en la organización de agencias oficiales en cada zona y provistas de un completo surtido de cajas básicas y elementos de ampliación y un sérvice de mantenimiento y reparaciónes, desarrolló por años esta actividad que atrajo también a muchos adultos a este hobbie oneroso.
En su práctica escala “HO” (reducción l/87) habían locomotoras y vagones de todo tipo y tramos de rieles de trocha de l8 mm de muchas formas y tamaños, incluyendo cruces, desvíos, señales, barreras, luces, puentes, catenarías, paragolpes, etc. que facilitaban el armado de tendidos muy reales , verdaderas mesas de paisajes ferroviarios con varios trenes de accionamiento individual o simultáneo.
La decoración de todo ello se implementaba con varias marcas de perfecto modelismo plástico en escala HO: “Faller”, “Wollmer”, “Kibri”, ”Preiser”, “Merten”, etc. que configuraban toda clase de construcciones y edificios, desde andenes y estaciones hasta depósitos, casas e iglesias, vehiculos y personas, en fin todo el paisaje urbano o rural, imaginable.
Fueron muchos años de actividad comercial rentable para los negocios especializados, toda una época de privilegio para pequeñas y medianas empresas familiares, generalmente atendidas por sus dueños, quienes establecían un contacto cordial y amistoso con su clientela, a la que brindaban un asesoramiento y trato personal. Por supuesto, en los vertiginosos cambios actuales de nuestro mundo, aún perduran muchos recuerdos de aquellos tiempos que hoy ya son historia.
MARIO BOLOTINSKY.
miércoles, 19 de marzo de 2008
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6 comentarios:
me gusta mucho este trabajo,en estos momentos una amiga de maracaibo,venezuela trabaja sobre una exposicion sobre el juguete en diferentes epoca.gracias se lo hare llegar.hender barrios de la torre.brahmscorelli@gmail.com
Hola, me encanta tu blog!
Soy coleccionista de muñecas y llegué a tu blog de casualidad, buscando info sobre una Pielángeli que acabo de adquirir.
Te invito a conocer mi blog
juguetesdeltiempo.blogspot.com
Te espero!
Hola mi nombre es Tamara, encontre una maquina de coser norita, pero no logro arreglarla, nose cual sera el problema...si podes darme algun dato o sacarle alguna foto si tenes alguna para ver si le falta alguna pieza en la parte que la aguja sube y baja te lo agradeceria ..
saludos!!
tamarawassaf.blogspot.com
Gracias por su resumen de la tecnología aplicada a los juguetes. Estoy buscando información sobre mi Piel Angeli, que mis padres me regalaron en 1960. Muñeca que todavía tengo y amo tanto como a mis hijos. Otra vez, gracias. Nelly
Estimado: Mi nombre es Daniel, tengo un blog sobre los muñecos de STAR WARS (KENNER, importado por TOP TOYS), me gustaria contactarlo para hacer una entrevista sobre cómo era estar en una juguetería a fines de los setentas (la peli se estrenó en 1977 aquí en Argentina, pero los juguetes llegaron en 1978). Mi email es sentamusic@gmail.com. Muchas Gracias.
Estimado Sr.: Pertenezco a un Club de Coleccionistas de Juguetes que se reune mensualmente, con el fin de intercambiar datos, charlas sobre el tema y compartir una cena de camaraderia. Me interesaria mucho conectarme con usted, con el fin de solicitarle una charla (informal) sobre el tema Jugueterias y Juguetes antiguos en general. Saludo a usted atte.
guillermoferreira.ar@gmail.com
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